
El conflicto, las discusiones y el rechazo son procesos naturales y normales a los que todas las personas tenemos que hacer frente casi a diario. Sin embargo cuando estas conductas se producen de forma recurrente y sin una motivación aparente pueden tener un impacto devastador en la vida de los y las menores, generando problemas de salud tanto físicos como mentales que, en situaciones extremas pueden llevar a la aparición de ideación suicida y/o autolítica. Como madres y padres, tenemos la responsabilidad de crear un entorno seguro y de apoyo en el hogar, donde nuestros hijos e hijas se sientan protegidos y empoderados para enfrentar estas situaciones.
Es fundamental diferenciar entre el conflicto interpersonal ocasional y el bullying o acoso. El bullying se caracteriza por:
- Intencionalidad: El agresor busca deliberadamente dañar a la víctima.
- Repetición: El comportamiento agresivo se repite a lo largo del tiempo.
- Desequilibrio de poder: Existe una diferencia de poder, ya sea física, social o emocional, entre el agresor y la víctima.
Para ello es tan importante evitar que los menores sufran acoso como que lo ejerzan ya que ambos son víctimas de estas dinámicas se presenten problemáticas que merezcan especial atención.
A continuación os dejamos una infografía con información sobre cómo podemos prevenir el bullying desde casa.