Cuando en terapia hablamos de excusas, desde mi perspectiva, son aquellas cosas que damos por validas para poder dejar de intentar aquello que realmente si podemos hacerlo. Dedicado el articulo a quien ha producido la escritura, empezaremos por atender a que, generalmente nos pasan muchas cosas al día, en muchas de ellas fracasamos y no les damos mayor importancia.
Empecemos, siempre que algo no sale, o algo no hacemos, y ni siquiera lo intentamos, nos damos, a nosotros mismos, muchas excusas que lo que solo buscan es poder contentar nuestro «ego» o nuestra persona, a fin de aceptar que no depende de mi, sino de cosas externas esto que esta pasando.
Si suspendo una asignatura, es que el profesor me tiene manía, si no encuentro trabajo es que la sociedad no esta preparada para mi, etc., siempre tiramos las piedras al tejado vecino, para no aceptar que puede ser que nosotros debamos cambiar, ya que ese cambio nos produce mucha frustración, en caso de no poder hacerlo. Pero estas Excusas de las que hablamos, me da satisfacción, esa satisfacción necesaria para culpar a otros de mis males, y poder ser «feliz».
Estas Excusas exceden nuestro plano, y hay a veces que las utilizamos para todo, las cogemos como un escudo, y al igual que el Caballero de la Armadura Oxidada, desollemos lo que nos dicen nuestros interlocutores, y en cambio, damos por validad las Excusas a fin de exculpar nuestra parte en todo proceso social. En este momento ya no las controlamos, y las convertimos en algo objetivado, mientras que siempre es subjetivo.
Ejemplo: Nuestra madre nos manda a recoger la habitación, y nosotros decimos que no porque ella no ha lavado un pantalón que queríamos ponernos. Excusa para no hacer lo que nos apetece, y que pudiera haber sido simplemente que llovía. O quizás dejamos un régimen, porque da igual ser gordo o flaco, y no admitimos que será muy difícil mantener el mismo.
Al cabo del día sería bueno analizar cuantas veces nos han llamado la atención, cuantas veces nos han recriminado algo, y en cuantas hemos aceptado y pedido disculpas, o en cuantas nos hemos defendido con otra acusación, sin admitir la primera. Es el típico «Y tu mas», ya que realmente no aceptamos esa equivocación.
Al final estas Excusas son utilizadas en dos sentidos, para defendernos (armadura o escudo) y para aceptar nuestra incapacidad (siempre no testada) sobre algo que nos da miedo la frustración de no conseguirlo.
Se trata de analizar el problema y ver si es Excusa o realidad. No es una Excusa salir volando, ya que materialmente me es imposible. Pero si es excusa no leer un libro, porque tengo otro que leer, cuando me tiro tres horas viendo fotos en instragram, al día.