Jocelynn Rojo Carranza, una niña de 11 años que tocaba en la banda escolar, le encantaba bailar, nadar y hacer vídeos en TikTok, se quitó la vida el pasado 8 de febrero de 2025 en Gainesville, Texas.

Según declaraciones de su familia, la menor era objeto de burlas y amenazas por parte de sus compañeros, quienes la insultaban por ser latina y la amenazaban con denunciarla ante las autoridades migratorias para que fuera deportada junto con su familia.

Desafortunadamente, el caso de Jocelynn no es un hecho aislado. En los últimos años, hemos presenciado un aumento en la retórica antiinmigrante y las políticas antimigratorias en muchos países, lo que ha generado un ambiente de miedo y discriminación en muchas comunidades. En Estados Unidos los niños y niñas, especialmente aquellos de origen latino, pueden ser particularmente vulnerables a este tipo de acoso, ya que son más propensos a ser percibidos como «diferentes» y a ser estigmatizados por su origen étnico o su situación migratoria.

El acoso escolar, en cualquiera de sus formas, puede tener graves consecuencias para la salud mental de los niños/as y adolescentes. Las víctimas de bullying pueden experimentar sentimientos de soledad, aislamiento, ansiedad, depresión e incluso pensamientos suicidas. En el caso de Jocelynn, el acoso constante y las amenazas de deportación la llevaron a tomar la trágica decisión de quitarse la vida.

Es fundamental que las escuelas, los padres y la comunidad en general tomen medidas para prevenir y abordar el acoso escolar. Esto incluye:

El bullying es un problema serio que afecta la salud mental y emocional de los niños. Por ello, es fundamental educarlos sobre los efectos nocivos del acoso, ayudándolos a comprender que no es una simple «broma», sino una conducta que puede causar un profundo impacto en las víctimas.

Para combatir esta problemática, es esencial fomentar un ambiente escolar inclusivo y respetuoso, donde todos los niños se sientan valorados sin importar su origen étnico, raza o situación migratoria. Las escuelas deben garantizar espacios seguros y desarrollar políticas claras que prohíban el acoso, además de establecer protocolos efectivos para investigar y abordar cualquier denuncia de bullying.

Asimismo, es crucial ofrecer apoyo emocional y psicológico a las víctimas, proporcionándoles herramientas para superar el trauma y recuperar su bienestar. Finalmente, la lucha contra el bullying debe ser un esfuerzo conjunto, en el que se involucren padres, docentes y toda la comunidad, promoviendo el respeto y la empatía desde edades tempranas.

La muerte de Jocelynn es una tragedia que nos invita a reflexionar sobre la importancia de la prevención del bullying y la protección de la salud mental de nuestros niños y adolescentes. No podemos permitir que más niños sufran en silencio y lleguen a tomar decisiones tan drásticas. Es hora de actuar y trabajar juntos para crear un mundo donde todos los niños se sientan seguros, valorados y respetados.

Si tú o alguien a quien  conoces puede está en crisis, puedes llamar al teléfono de prevención de la conducta suicida 024