En 1989 murieron 9000 personas en accidentes tráfico, mientras que en 2021 la cifra se redujo hasta los 1500 fallecimientos.
Y es que hasta el año 2007 la causa de muerte externa más frecuente en España. Ese mismo año, por primera vez en la historia los suicidios superaron el numero de siniestros de tráfico. En los últimos quince años las caídas y los atragantamientos han ido en aumento y son respectivamente la segunda y tercera causa, relegando a la cuarta posición a los accidentes de tráfico.
A día de hoy es más probable morir en casa que en la carretera y eso es un síntoma de algunas mejoras sociales, pero también de que la población envejece.
En 2005 entra en vigor el carnet por puntos como punta de lanza de una política muy agresiva para reducir la siniestralidad en nuestras carreteras. Esto redundó en más radares, más sanciones, una mayor concienciación ciudadana, mejores carreteras, coches más seguros…
Esto hizo que los suicidios pasasen a ser la principal causa de muerte externa, aunque esto no es cierto del todo. Los suicidios no paran de aumentar año tras año, superando en el último año del que existen datos, 2021, los 4000 suicidios, once personas se quitan la vida en nuestro país cada día, o lo que es lo mismo, una persona aproximadamente cada dos horas.
Estas muertes suelen estar relacionadas con problemas de salud mental, las crisis financieras, la pandemia o la soledad son algunos de los detonantes de este tipo de conductas.
Pero no solo eso ya que caídas y atragantamientos también están muy relacionadas con esto de la salud mental.
Las caídas y los atragantamientos nos hablan del envejecimiento y es que estas causas de muerte se dan sobre todo en personas mayores. Hasta aquí no nos sorprenden los datos, si bien los últimos estudios indican que este tipo de accidentes y siniestros suelen estar mediados por el uso de medicamentos, concretamente de tranquilizantes, benzodiacepinas, ansiolíticos y es que nuestro país es el primero en consumo de este tipo de fármacos. Al tomar estos fármacos las personas mayores pueden sufrir como efecto no deseado la perdida de agilidad y de capacidad de respuesta lo que ante un accidente de este tipo puede ser letal.
Esto no es ni más ni menos que el síntoma de una población cada vez más envejecida. En nuestro país hace 10 años apenas había 8 millones de personas mayores de 65 años, actualmente el total de gente dentro de esta franja de edad se sitúa por encima de 9,5 millones. Esto hace que estadísticamente aumente el numero de fallecimientos por estas causas. Otro dato al que debemos prestar también atención es a la soledad. En los últimos diez años han aumentado en medio millón los hogares en los que vive una sola persona. De los 5 millones de personas que viven solas, aproximadamente la mitad están constituidos por personas mayores de 65 años.
Esta soledad redunda en mayor cantidad de problemas mentales y por ende mayor riesgo de estas tres causas de muerte que comentábamos.
Si bien tampoco debemos entrar en pánico ya que el principal porcentaje de muertes es por algún tipo de enfermedad.
Comparado con los 4.000 suicidios en nuestro país durante el año 2021, casi 40.000 murieron por COVID-19. En el caso de las caídas y los atragantamientos no superaron los 3.500 casos.
Respecto a las causas naturales de muerte también podemos saber mucho a cerca de nuestra sociedad. Antes de la COVID-19, las principales causas de muerte eran enfermedades crónicas o no transmisibles, características de los países ricos, como cáncer o enfermedades cardiovasculares. Las cuales, si el estado de la COVID-19 sigue el cauce previsto, volverán a suponer las principales causas de muerte. Lo que esto dice de nosotras y de nosotros es que comemos mal, que estamos expuestos a tóxicos ambientales, sufrimos estrés, somos sedentarios, etc.
La parte positiva es que está en nuestra mano prevenir la mayoría de causas naturales como las externas, moviéndonos un poco más, exponiéndonos un poquito más a la luz solar y comiendo más sano y mejor.