¿Te has despertado tiste, apático y todo te sale mal? Como ya habrás podido comprobar si has leído las noticas, puesto la tele o navegado por internet habrás podido comprobar que hoy es Blue Monday, algo así como lunes triste, el cual ha sido erigido de forma falaz mediante una serie de cálculos matemáticos sin mucho sentido. Esta fecha suele coincidir siempre con la tercera semana de enero, en gran parte porque las navidades ya quedaron atrás, el tiempo no acompaña, hemos desistido o abandonado en la mayoría de propósitos de año nuevo y por si fuera poco tenemos que hacer frente a la cuesta de enero. A todo esto, tenemos que sumarle por segundo año consecutivo las consecuencias de la pandemia a nivel social y emocional.
Para saber todo esto por su puesto no hacía falta una ecuación así que ¿Para qué vale esto del Blue Monday?
Pues precisamente para esto, para justificar que puedas estar mal y es que hoy está permitido estar triste. Todos tenemos épocas en las que nos sentimos mal, lo cual es algo perfectamente normal, el problema viene cuando esto se prolonga en el tiempo, lo cual nos puede generar la necesidad y el sentimiento de culpa por sentirnos así, por el efecto que esto puede tener en nuestro entorno, que nos dejen de querer o se distancien de nosotros. Si a esto le sumamos pensamientos referidos a que lo nos pasa no es tan grave o que son los mismos problemas de siempre puede generar una apatía e indefensión, haciéndonos culpables de nuestras emociones y de no poder alcanzar esa meta que tanto ansiamos, sentirnos bien.
Como bien dice Russ Haarris, la felicidad pese a ser nuestro objetivo último, puede convertirse en una autentica trampa, en la que nunca tenemos suficiente, siempre necesitamos más y la cual nos hace incapaces de disfrutar de la vida.
Por eso en un momento en el que la precariedad laboral se encuentra casi generalizada, tras dos años de agotadora pandemia y con el suicidio como principal causa de muerte no natural en nuestro país, con la dificultad para emanciparse, acceder a la vivienda y tener una familia es normal sentirse en un Blue Monday continuo. Además, cuando nos encontramos con las dificultades existentes para poder acceder a ayuda profesional, lo más normal es apoyarse en nuestros seres queridos para que nos ayuden y resignarnos a que las cosas son así.
Así que hoy más que nunca hay que dar las gracias a todos esos familiares y amigos que nos apoyan y nos impiden que nos hundamos y recordar que somos seres interdependientes, todos dependemos de todos y por eso tenemos que ayudarnos, respetar nuestro derecho a tener malos días y a poder pedir y dar ayuda.
Aitor Jiménez, psicólogo de Alganda Servicios Sociales
Nº Col. CM-02704